Por: Juan Felipe Restrepo Mesa
La verdadera dirección del desarrollo del
pensamiento no es de lo individual a lo social, sino de lo social a lo
individual.
L.Vikostky
En la sociedad del conocimiento se abren nuevos espacios desde donde el
ciudadano puede participar como un actor principal en proyectos de
investigación científica. Cada vez y con mayor frecuencia se escuchan los
verbos que son antecedidos por el prefijo “co-“: “co-crear, co-generar,
co-idear, co-prototipar”, significando
con ello que generar conocimiento ya no es exclusivo de unos pocos, y que en un
mundo interconectado, como en el que vivimos, la voz del ciudadano cobra fuerza
y se hace sentir. El presente ensayo busca dar respuesta a la pregunta ¿Qué tan efectivos resultan ser los nuevos
escenarios de Ciencia Ciudadana, como
espacios de enseñanza y aprendizaje para la generación de conocimiento científico
significativo?
Es en un escenario cómo el descrito, donde confluyen de un lado la
academia, representada en los estudiantes y los científicos investigadores, y
de otro, la comunidad, algunos académicos piensan que los ciudadanos son meros
recolectores de datos, que la academia pierde su tiempo, pues la calidad de la
información no admite el tratamiento científico y que los estudiantes no hacen
más que distraerse, perdidos en lo que se podría denominar “activismo
científico”.
La tesis que se pretende defender a lo largo de este ensayo es aquella
que afirma que en los encuentros de ciencia ciudadana el ciudadano no solo contribuye
a recoger información de calidad, aprende a aprender, construye capacidades,
adquiere nuevas habilidades y destrezas
que lo posibilitará para abordar problemáticas cada vez más complejas que le
aquejan a él y a su comunidad. De otro lado, al estar en contacto directo con el
objeto de estudio y comenzar un
proceso de reconocimiento, el ciudadano se empodera, y se apropia de este. Para
la academia resulta muy valiosa la participación ciudadana pues con los
dispositivos electrónicos con los que se cuenta hoy en día, el alcance de la
interconectividad y la precisión de las mediciones, ese ciudadano se convierte
en los cinco sentidos del científico experto, generándose en esa sinergia,
información de altísima calidad. Para los estudiantes, el participar en
espacios de ciencia ciudadana, les permite poder trabajar en investigación
aplicada, haciendo que su proceso de enseñanza y aprendizaje sea más pertinente
y auténtico.
En un artículo titulado “A Citizen Army
for Science: Quantifying the Contributions of Citizen Scientists
to our Understanding of Monarch Butterfly Biology” de Ries & Oberhauser
(2015) se reportan una cifras que no se pueden ignorar. El primer proyecto de Ciencia
Ciudadana sobre la mariposa Monarca, tuvo lugar en 1950, es decir, la Ciencia
Ciudadana no es un concepto nuevo. Los autores han estimado que a lo largo de
estos 65 años, 2011 voluntarios han invertido 72000 horas recogiendo información considerada útil para
el estudio de la mariposa Monarca, y de las 503 publicaciones que sobre este
organismo se realizaron entre 1940 y 2014, 17% utilizaron información cuya
fuente fueron proyectos de ciencia ciudadana.
¿Qué es la Ciencia Ciudadana?, el laboratorio de Ornitología de la
Universidad de Cornell, una de las instituciones más comprometidas mundialmente
con el estudio de las aves, es también una gran promotora de proyectos de
ciencia ciudadana, ha construido una interesante definición del término como la
“metodología de investigación científica donde colaboran los científicos y
voluntarios, para expandir (más no exclusivamente) las oportunidades de
recolección de datos y proveer acceso a la información científica a los
miembros de la comunidad. En otras
palabras, son proyectos científicos en los cuales, grupos de voluntarios se
asocian con científicos para hacer investigación aplicada.
Se le acusa a la Ciencia Ciudadana de producir información incompleta, poco
confiable, no científica, sin embargo, Strien, Sway & Arco (2013) en un
estudio sobre la calidad de la información hacen un llamado de atención sobre
publicaciones científicas que se basan en lo que han denominado “información
oportunista”, colectada sin protocolos estandarizados o sin un diseño de
muestreo explícito. Queda claro que el problema no está en la Ciencia Ciudadana
en sí misma, está en el diseño que los científicos hacen de su investigación y
de los protocolos a utilizar.
En un escenario como el descrito, uno de los roles del científico
experto, ha de ser el de curador tanto de los protocolos, como de las
metodologías a seguir y de las observaciones obtenidas, de tal suerte que la
información que se recabe a lo largo del proyecto, tenga la calidad para servir
de insumo en procesos de análisis y solución de problemas.
Uno de los objetivos del presente ensayo es proponer otro actor que
resulta ser determinante en el esquema de un proyecto de ciencia ciudadana: el estudiante en formación
de pregrado. Se sugiere para él entre
otras funciones, el rol de servir de enlace entre el científico y el
ciudadano. Asiste al científico experto,
pues habla y conoce el idioma propio de la ciencia, y a su vez interactúa con
el ciudadano, por ser él, en sí mismo, un ciudadano aún en formación
científica; es interesante notar como los roles se pueden intercambiar entre el
experto investigador y el estudiante, cuando este último sirve de maestro
asistiendo no solo al científico en su acercamiento al ciudadano, ayudándolo a
pararse en la realidad de la comunidad en estudio, también, ayudando al
ciudadano a comprender los conceptos especializados que manejan los científicos.
Si se mira este modelo desde la perspectiva histórica, se puede enmarcar
en lo que en su momento fue la idea educativa del modelo alemán. Consuelo
Gutierrez en su ensayo “Los modos de ser universidad y su comprensión del
concepto de formación”, permite analizar el modelo de Ciencia Ciudadana a la
luz de algunos de los rasgos más distintivos de este paradigma histórico: para
el modelo alemán la Universidad según la expresión gráfica y musical de Georges
Gusrdorf, es la de una “orquesta interdisciplinada” y según Guillermo de
Humbolt
En
la universidad el estudiante no existe para el profesor ni existe para el
estudiante: ambos existen para la ciencia. La presencia y la cooperación de los
alumnos es parte integrante de la labor de investigación, la cual no se
realizaría con el mismo éxito si los estudiantes no secundasen al maestro.
Finalmente, para Humbolt, “la
investigación es función universitaria, y la formación de la persona en si
misma o Bildung, viene en paralelo
con el Ausbildung, concerniente a la
formación de la persona para el servicio.” No se puede perder de vista que en el modelo de ciencia
ciudadana se cumple tres funciones que tienen un peso específico equivalente,
producir nuevo conocimiento, formar al
estudiante y al ciudadano, y solucionar un problema real que afecta al
ciudadano.
El modelo de Ciencia Ciudadana desde las miradas de las teorías de
aprendizaje se revela como una banda transportadora que con Freire, lleva al
ciudadano de ser ‘objeto’, a convertirse en ‘sujeto’ consciente y activo. Este
proceso transformador que posibilita el ejercicio de la ciencia ciudadana, se
lleva a cabo en todas las dimensiones del ser, en sus relaciones con el mundo
, con el resto de las personas, con la
sociedad, con las estructuras, como lo señala Pepa Franco (2008). Franco nos recuerda que Freire distingue
cuatro etapas de evolución de la conciencia: La conciencia intrasitiva, como la
forma de conocer imperfecta e incompleta, escapándose muchos fenómenos de la
realidad y de las interconexiones profundas entre ellos. En este punto el mundo
es reducido, el individuo carece de una actitud crítica. Luego aparecerá lo que
Freira denominó, la conciencia transitiva. Las personas comienzan a hacerse
sensibles a otros problemas que los puramente vitales. Aparece posteriormente, la
conciencia ingenua, y una interpretación simplista de los problemas, todo
tiempo pasado fue mejor. Dependiente de otros, de las figuras de autoridad.
Freire propone como un horizonte de llegada para esa banda transportadora, la
conciencia transitiva crítica, la que solo es posible en el seno de una
sociedad “abierta”, una en la que el individuo sustituye las explicaciones
míticas por las causas verdaderas de las cosas y los acontecimientos. Freire,
nos provoca cuando señala que la única forma valida de ayudar al sujeto a que
‘emerja’ de su situación no-humana consiste en hacerlo pasar de la conciencia
intransitiva, a otra transitiva ingenua, y de esta a la conciencia crítica, y
es precisamente, a través de ejercicios de Ciencia Ciudadana que se puede
lograr de manera más expedita ese tránsito.
Con Vigotsky, se puede afirmar
que el modelo de la Ciencia Ciudadana, tal y como se está planteando, brinda al
estudiante de pregrado la oportunidad del desarrollo, en un esquema netamente
de interacción social. Están presentes el papel formador y constructor. El
experto hace las veces de maestro que traza la línea de la zona de desarrollo
próximo. Durante el proceso se darán situaciones en las que el experto comienza
la solución, y el estudiante la completa, como por ejemplo, en la redacción de
protocolos de muestreo, en la construcción de formatos, en la elección y uso de
herramientas, en la interpretación de los datos, en la elaboración de los
informes. En todos los casos habrá un elemento fundamental presente, la
motivación del estudiante por aprender del experto y por servir a la comunidad.
Franco en relación con la obra de Vigotzky, nos recuerda que la educación no es
un proceso que culmina con el aprendizaje, va más allá, considera los
desarrollos, por eso el modelo de ciencia ciudadana no puede ser visto con
desdén, como un modelo más, en su lugar debe ser vista como una gran
oportunidad de desarrollar en los estudiantes competencias sociales, a través
del servicio que prestan a las comunidades, coadyuvando en la solución de
problemas reales; lo que se conoce en educación como el principio de
pertinencia y de autenticidad.
Para el experto, el esquema ofrece una oportunidad insuperable de educar
desde sus saberes. Esos saberes que ha construido con gran esfuerzo a lo largo
de su trayectoria como investigador, y que a través de un ejercicio de ciencia
ciudadana pone al servicio de unas comunidades en el ámbito local, nacional o
mundial. Educa desde el ejemplo, como modelo a seguir para los estudiantes que
participan del ejercicio. Educa desde el liderazgo que ejerce en las
comunidades, coadyuvando a que se operen procesos de transformación del sujeto y de su
comunidad, convirtiéndose en individuos más críticos, empoderados y
participativos.
La Doctora Marie Studer, experta en Ciencia Ciudadana de Encyclopedia of
Life, nos plantea cuatro niveles de
ciencia ciudadana en los cuales es posible clasificar cada proyecto. Estos se
organizan por niveles de complejidad, siendo el más básico el “Crowdsourcing”.
En este primer nivel el ciudadano participa como recolector de datos. El uso
cada vez más frecuente de teléfonos móviles inteligentes, han posibilitado que
un sujeto, desde cualquier lugar del mundo, conectado a una señal de internet,
pueda transmitir fotografías en alta definción, georefenciar un determinado
sitio, y un sin número de sofisticadas aplicaciones más, disponibles de manera gratuita en las tiendas
virtuales de los proveedores de tecnología. El segundo nivel en complejidad,
que plantea Studer (2016) se conoce como “Distributed Inteligence”, término que
aún no cuenta con su equivalente en el Castellano (Inteligencia Distribuida, N.
del T.), en el cual los ciudadanos ‘contribuyen’ con interpretaciones de la
información en el plano más básico. El tercer nivel de complejidad es
“Participatory Science”, (Ciencia Participativa, N. del T.), en el cual los ciudadanos ‘colaboran’ en la definición del problema y en la
recolección de datos. En el cuarto nivel, ‘Extreme’ (Extremo, N. del T.), la
comunidad participa activamente en la definición del problema, en la
recolección y análisis de los datos y en la co-creación de la solución a los
problemas identificados.
De vuelta al artículo de Ries y Oberhauser (2015) sobre las mariposas
monarcas, un acervo investigativo de más de 70 años, se puede decir sin ambages
que la ciencia ciudadana ayudó a los científicos a resolver uno de los grandes
misterios de la biología, respondiendo a la pregunta ¿Qué le sucede a las
mariposas Monarcas durante el invierno?; en años recientes la ciencia ciudadana
ha hecho importantes aportes en materia de dinámica de poblaciones y en el
estudio de las migraciones. Es incuestionable el valor que ha tenido para la
ciencia la participación de la ciudadanía en el desarrollo de este tema en particular,
y en muchos otros temas tan variados como la ornitología, la botánica, la ecología,
la medicina, la geografía, la aeronáutica espacial, en la astronomía, entre muchísimos otros. Recientemente, en el
departamento de Bolívar, más de 35 instituciones educativas de la básica y la
media, adscritos al programa de ONDAS
Colciencias (*) , se unieron en red, en el marco del proyecto piloto Expedición
BIO Bolívar, y utilizando plataformas tecnológicas del tipo web 2.0, como
EOL.org y Inaturalist.org, se dieron a
la tarea de levantar inventarios de flora y fauna alrededor de sus
instituciones. Exploraron los saberes ancestrales de sus localidades y
levantaron perfiles históricos de sus comunidades. Como resultado de este
esfuerzo hoy se tiene una colección de flora y fauna, alojada en la Internet (http://www.inaturalist.org/projects/expedicionbio-ondasbolivar)
con más de 310 observaciones y 156 especies identificadas, un proyecto que tuvo
una duración de cuatro meses, y se llevó a cabo con apoyo del sector público y
privado.
Ha quedado plenamente demostrado que la Ciencia Ciudadana se abre paso
como un nuevo espacio válido de Enseñanza y Aprendizaje, es una metodología de
investigación aceptada y reconocida hoy por hoy, la efectividad de sus
producciones dependerá de un buen diseño experimental como en cualquier otra
modalidad de investigación. Es una herramienta poderosísima en procesos de
transformación social y construcción de ciudadanía. Se hace necesario
comenzar a sistematizar las experiencias
de ciencia ciudadana para hacer un acervo de buenas prácticas. Se propone desde
esta reflexión, desarrollar modelos replicables, que se puedan implementar y
que garanticen resultados exitosos de transformación social. Se propone además
crear colectivos y asociaciones de ciencia ciudadana y que se implementen en
las instituciones de educación superior, asignaturas, cursos de
especialización, maestrías y doctorados, en materia de ciencia ciudadana.
Para cerrar este ensayo una
bella frase de Lev Vigotsky:
“Si damos a los estudiantes la posibilidad
de hablar con los demás, les damos marcos para pensar por sí mismos.”
Referencias
The Cornell Lab of Ornithology
(2016). Recuperado de http://www.birds.cornell.edu/
Franco, Pepa (2008). El Aprendizaje de las personas adultas: Teorías de
Aprendizaje. Universidad de Alcalá – Instituto Sindica de Cooperación al
Desarrollo. Máster en Formación de Formadores Sociolaborales. Red de Escuelas
Sindicales.
Gutierrez, C. (2008) Los modos de ser universidad y su comprensión del
concepto de formación. www.javeriana.edu.co
Jordan, R., Crall, A., Gray, S., Phillips, T., & Mellor, D. (2015).
Citizen Science as a Distinct Field of Inquiry. Bioscience,65(2), 208-211.
RIES, L., & OBERHAUSER, K. (2015). A Citizen Army for Science:
Quantifying the Contributions of Citizen Scientists to our Understanding of
Monarch Butterfly Biology. Bioscience, 65(4), 419-430.
doi:10.1093/biosci/biv011
Studer, Marie (2016). Bioblitz, Environment Education Empowerment Action.
En Mourra, V, III Bioconteo de las Ciénagas de la Virgen y Juan Polo. Fundación
Ecoprogreso. La Boquilla, Corregimiento de Cartagena de Indias D.T. y C.
(*) El Programa
Ondas es la estrategia con la cual Colciencias fomenta una cultura de la
Ciencia, la Tecnología y la Innovación en la población infantil y juvenil, en
especial en la escuela básica y media.
Interesantísimo este ensayo. Sería valiosísima su divulgación y de manera especial tu propuesta al final del ensayo. Se requiere más énfasis en el fomento de de la ciencia, la tecnología y la innovación que lo que se invierte en politiquería!
ResponderEliminar